Mis libros >> Aproximación al Recuerdo >> 54

Anterior

54. AYER VOLVÍ A RECORDAR


Pocos son los momentos en mi vida en que sentido tanta emoción como experimenté cuando volví a Sevilla otra vez, fue en el verano de 1.985, quince años después, aquello era un sueño, una quimera, pero allí estaba otra vez y como había cambiado mi vida, esta vez acompañado de mi mujer y mis hijos y no con la maleta de cartón que llevé veinte años antes, sirviendo de cicerone a mi familia, explicándole con turbación todos los rincones de esa preciosa ciudad. Allí fuimos hospedados por esos amigos de Sevilla que siempre que hemos visitado nos han tratado como si hijos fuéramos, pero la emoción subió a su punto culminante, álgido cuando en mi modesto coche nos encaminamos a la Universidad Laboral, a la cual al parecer ya la llamaban de otra forma distinta (Centro de Enseñanzas Integradas o yo que sé como rayos la llamaban), para mi siempre se llamaría Universidad Laboral, el corazón me latía descompasadamente, con taquicardias, arritmias y miles de cosas mas según nos íbamos acercando, hasta que al fin la divisé, allí estaba en el mismo lugar, tan guapa, tan gallarda, con su torre en la misma posición de vigía, asemejando faro marítimo, que inmensamente feliz era en aquel momento, notaba que los pelos de mi piel se me erizaban, la emoción me embargaba y hasta los ojos se me encristalaban, el encontrarme otra vez allí era el haber rejuvenecido quince años o veinte de golpe, que rápido había pasado el tiempo, parecía ayer, dejé con nerviosismo el coche en la plaza de entrada y me dispuse con rapidez a visitarla, no sabía por donde empezar, quería iniciar por todos los lados, lo primero que hice fue subir a la explanada de la torre, me desbordaba la emoción, seguidamente y por el pasillo central me dispuse a pasar por todos los colegios, aquellos que tiempos atrás habían sido mi casa, pero conforme iba pasando por todas sus dependencias y rincones, plagados de recuerdos para mi, una pequeña desilusión se iba apoderando de mi ser, aquello no era lo mismo, la estaban dejando morirse, los jardines secos, todo muy sucio, muy descuidado, los campos de deporte y gimnasios hechos polvo, como se notaba que el tiempo también había pasado inexorablemente, quizá pensé, es que como era Septiembre y las clases aun no habían comenzado, pero aun así estaba algo desconocida, los buenos tiempos habían pasado sin duda alguna para ella, , aquello ya no era igual, algo estaba cambiando, sería también que estaba envejeciendo, lo cierto es que dentro de la alegría que sentía por estar allí también me invadía cierta tristeza por el estado de semiabandono que presentaba "mi casa", tuve que sobreponerme a ello y seguir visitando todos sus rincones , los cuales todos guardaban infinidad de recuerdos, todos sus sitios, y seguir contando a mi familia todas las cosas que atropelladamente salían de mi boca, hasta en un momento determinado creí oír la sirena que antes tocaba y se oía en todas partes.

Regresé otra vez en el año 1.992 con motivo de la EXPO, y por supuesto volví a visitarla de nuevo, allí estaba tan apuesta como siempre, la verdad es que seguía un poco descuidada, pero para mi satisfacción ya observé como estaban arreglando y pintando algunos de sus Colegios, eso me animó un montón mi "Universidad" no moriría, podría visitarla muchas veces mas y por supuesto que lo haré, porque no podría imaginarme, no tendría sentido Sevilla sin su/mi Universidad Laboral.

Te prometo que volveré hacer el viaje todas las veces que pueda y haga falta para volver a sentirme alumno paseando por sus Colegios, seguro que lo haré es una promesa.

Anterior